lunes, 6 de junio de 2011

Ya nada

- ¿QUE ES LO QUE HACE? - gritó Christal
- DÉJALA EN PAZ!!

Christal y Alqua peleaban a manotazos en el centro de control del cerebro. El cuerpo de Ore había reaccionado a la autodestrucción que ella había llevado a cabo en aquel limbo de depresión en el que se había encerrado ya, hace tanto tiempo. Los brazos sangraban de verdad y Alqua estaba tan destruida que entendía la reacción, mas Christal no estaba de acuerdo y lo encontraba estúpido. Alcanzó a pedir ayuda y la respuesta llegó de inmediato, pero el daño estaba hecho.

La chica rubia golpeó a la pelirroja y la noqueó en el piso.

- Me la debías - Dijo furiosa y sin darse cuenta su cabello se aclaró de tal forma que ahora parecía que su pelo no fuese rubio, sino casi blanco. Se sentó en el piso a llorar.

Una nube gris salió desde el fondo del acantilado y se expandió a ras de piso por todo Io... lentamente la depresión y la desesperanza se iban apoderando por completo. El objetivo final...

La autodestrucción

El colapso y el hundimiento

Alqua recuperó el conocimiento. Christal la observó de lejos.

- Hay un caos afuera... no se que hacer - Dijo Christal
- Primero podrías haberme defendido de la loca de Hilda, tenemos que conversar eso, pero no ahora... dime que pasa
- Velo por tí misma

Alqua se quebró. No le sorprendía nada de lo que afuera pasaba, mas no podía evitar sentirse horrible, atacada, poco valorada. Sintió que sus esfuerzos por sacar algo adelante nadie los había notado y que otros, por querer destruir algo que ella quería, habían terminado destruyéndola a ella también, de paso.

Christal estaba molesta, pero no sabía que hacer. Miraba en silencio todo lo que ocurría alrededor. Ambas se quedaron sin hacer nada. Alqua luego de un largo rato se largó a llorar. Christal quiso decirle algo, mas no supo qué. Se sintió fracasada y sucia.

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La oscuridad apareció en aquel limbo de depresión. Hilda me observó con una sonrisa, mientras yo, con la mente nublada tomaba un cuchillo y me hacía daño en los brazos. La sangre corrió, pero no me hizo sentir mejor. Hilda me había traído noticias que no podía creer. La decepción era tanta... ya nada tenia sentido. Había pensado en tantas soluciones, en salir de allí, enfrentarme a Hilda y luchar por mi vida, pensé en olvidarme del sufrimiento por el que había optado y enfrentar el dolor con la frente en alto, mas no pude... me sentí sola y el peso de lo que otros consideraron errores cayó sobre mi.

Me ovillé en el piso, mientras el dolor de mis brazos se intensificaba y caí por completo en un sueño falso y sin esperanza. Lo había perdido todo

jueves, 2 de junio de 2011

La visita

-Escuchaste?
- Si... vendrán a verla... tenemos que aprovechar - Dijo Christal

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- ¿Cómo lo has pasado querida? - Me preguntó Hilda
- Bien... - contesté - Me siento mas tranquila
- ¿En serio?

Hilda se acercó a mi y pasó sus suaves dedos por mi rostro. Inmediatamente sentí angustia y quise llorar

- ¿Que pasa Ore?

Con una sonrisa en su rostro me abrazó y me sentí morir. El dolor en el pecho fue tan grande que quise gritar de angustia y separarme de ella, pero no me dejó. Comenzó a reir y mi tristeza pasó a ser odio e ira. Luego sin más, me soltó

- No te olvides porqué has venido aquí
- No era necesario hacerme eso - Dije molesta
- Claro que si, quiero recordarte en cada momento la razón de tu visita, quiero que te des cuenta que ser como eres ya no sirve en tu día a día...

Se acercó y posó sus labios sobre los míos y me quedé de piedra. Era bizarro, era ridículo, era literalmente un beso a mi misma. Me hizo sentir desdichada y cansada. Podría describirlo bajo un solo concepto...

- Dementor... Si... es curioso que lo pienses. ¿De donde crees que J.K.R sacó la idea?... todos tenemos "dementores" en nuestras conciencias. Digamos que yo soy uno de ellos y tengo que decirlo querida - Sonrió nuevamente - No me detendré hasta convertirte en lo que deseo

Quise tener pánico, pero no pude, estaba agotada y triste...

- Venga, no te pongas así... ya lo olvidarás - Dijo esta vez más seria - Tengo que salir un momento, pero puedes quedarte en tu casita de hobbit y leer o fumar pipa o desear la compañía de alguien...
- ¿Com... pañía?
- Lógico, te recuerdo que aquí puedes ser, hacer y deshacer
- No se... no quiero ver a nadie, tengo mucho sueño
- Bueno, ya veremos cuando vuelva - Dijo Hilda antes de marcharse

Yo me moví como pude y me recosté sobre la cama para dormir

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Alqua y Christal estaban en el centro de mando del cerebro esperando las visitas externas, era la oportunidad de pedirles ayuda como correspondía y explicarles todo. De la nada apareció Hilda en el lugar

- Ey! que haces tu aquí - Dijo Alqua - ¿Cómo has podido salir?
- Si ella está allá, yo puedo estar acá, así de simple. Francamente Christal, no sé como la soportas

Christal quizo reir, pero no era el momento

- ¿Que quieres? ¡devuélvenosla! - Dijo molesta la Rubia
- Ah si claro... ¿quieres que la traiga con un bonito vestido tambien?... no seas idiota, ella me pertenece ahora
- Nunca ha sido tuya, ella...
- Yo aparecí mucho antes que todas ustedes... - Dijo Hilda triunfal

Alqua puso cara de incredulidad, mas el rostro Christal reflejaba miedo y la rubia mujer se dió cuenta.

- ¿No sabias Alqua? - Dijo riendo - Pero tu si, ¿Verdad Christal? oh si... Yo aparecí hace muchos años atrás, en su adolescencia. Cuando ella misma decidió que ya no me quería me encerró en lo mas profundo de su ser, pero quedó algo... quedaste tu - Le dijo a la peliroja - Tu no eres mas que mi sombra
- No... lo... recordaba...
- Cuando la rubia esta apareció, te dormiste por completo, hasta ahora, claro...

Alqua las observó en silencio, molesta.

- Podríamos lograr grandes cosas Christal... solo imagínalo. No importaría nadie, ni nada, solo "ella", solo Ore
- No, no voy a dejar que... - Pero Aqua no pudo terminar la frase. Hilda movió una de sus manos y una gran fuerza salió de ella, empujándola contra un muro y dejándola inconciente
- No entiendo porqué no lo habías hecho antes Christal... Ya que vienen sus amigos ahora... ¿que tal si te muestro lo que podríamos hacer?

Christal la miró no tan convencida

martes, 31 de mayo de 2011

Solución parche

Christal llegó al abismo e intentó vislumbrar lo que fuese, pero nada vió. Se quedó un buen rato sentada en el borde de quel falso risco, hasta que oyó unas voces... susurros casi imperceptibles que le parecieron conocidos. Miró hacia ambos lados y encontró a Alqua.


- ¿Que es eso?

- Fui por ayuda... escribí algo que hizo que sus amigos reaccionaran de inmediato


Christal la miró con suspicacia


- ¿Qué fue lo que escribiste?

- Les conté lo que estaba pasando aquí

- ¡¿Quee?! ¡ahora saben de nuestra existencia! intentarán eliminarnos

- En realidad, Christal, estuve revisando algunas cosas y me parece que ya sabían que existíamos y en realidad pienso que es mejor mantenerlos al tanto de lo que aquí ocurre

- Y esas voces ¿son ellos? ¿están aquí?

- No... La dejé en... algo asi como... "piloto automático" debe estar leyendo ahora lo que puse y comunicándose con sus amigos por escrito.


Christal se quedó en silencio un momento


- Quién diría que eres inteligente Alqua, muy bien... eso nos dará tiempo


La chica rubia sonrío con cinismo


- ¿Qué hacemos con su vida ahora? - Preguntó Alqua

- Pues el piloto automático es una buena solución por el momento

- Pero será como un zombie

- Mas bien como un robot, la controlaremos las dos, para que así pueda continuar con su vida como si nada pasara. En un momento - Dijo Christal - Pensé en entrar, en ir a buscarla y traerla a la fuerza, mas me di cuenta que si ella no quiere salir de allí no podremos hacer nada. ¿Sabes como me la inmagino? como Victoria, cuando perdió a Jack ¿Recuerdas ese libro?

- Si... como Bella al perder a Edward

- Hmm algo así. Si entraramos ahí se hundiría por completo, no habría nadie al mando y simplemente no podría siquiera levantarse por las mañanas y eso es una pésima idea.

- Entonces, Christal... ¿que hacemos?

- Nos iremos al centro de mando del cerebro y nos quedaremos allí por turnos, estará inestable pues cuando tu tomes el control será completamente distinta a cuando lo tome yo.

- ¿Podríamos hacerlo juntas?

- ¿Ser dulcemente fría y sentimentalmente cruel? me gusta la idea

- Ok. me retracto - Dijo Alqua


Christal se echó a reir y se levantó del piso, para ponerse en marcha. Durante el camino barajaron diversas teorías para traerla de vuelta.


- ¿Y la Canela? - Preguntó Alqua

- Me temo que ya no es lo suficientemente fuerte. Verás "ella" lleva tiempo dando todo su cariño a distintos seres, sus amigos, enemigos, su perra y es cierto lo ha recibido de vuelta, pero su corazón lleva tiempo buscando otro tipo de cariño. Es por eso que ya no es suficiente, es por eso que sus amigos no pueden ayudarla esta vez... Aunque "ella" se equivoca en algo, si sus amigos se mantienen ahí le harán el proceso mas llevadero y fácil. Debe haber oído sus voces en el abismo. Si las tomó en cuenta o no, es otra cosa... es como... estar en coma

- ¿Y si lo buscamos a "el"?

- NO

- Pero quizás...

- NO ALQUA, "aquel" solo le traerá desilución y mas dolor, no lo buscaremos. Si aparece bien y si no también.

- Te duele ¿cierto?... te haces la dura, pero tu sentías lo mismo y por eso te duele el doble que a mi


Christal se dió media vuelta y tomó por el cuello a Alqua. Sus ojos estaban vidriosos, mas niuna lágrima cayó de ellos


- Si, me duele. Siempre lo hará. Fin del tema


Christal la soltó y continuaron el viaje...


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Continué a tientas. La arena era agradable, ya me había acostumbrado al frío.


-Contéstame Ore...


Me detuve en seco al oír esa voz familiar, pero no me giré


- Hablame ahora

- ¡NO! - Le dije al aire y continué mi camino

- Estoy aquí para ti - Dijo otra voz

- Eres importante en mi vida - Dijo otra voz

- Te amo - Dijo otra voz

- Te entiendo... - Dijo otra voz

- Búscame si me necesitas - Dijo otra voz

- No se cómo ayudarte - Dijo otra voz

- Debes lograr el equilibrio - Dijo otra voz

- Llegaré a ti - Dijieron las voces al unísono y desaparecieron


Las lágrimas corrieron por mis ojos, pero no me detuve y continué caminando largas horas por la oscuridad hasta que llegué a un claro. Mis ojos se dañaron con tanta luz blanca y brillante


- Bienvenida... hace tiempo que no te veía - Dijo una mujer de largos cabellos negros y ojos verdes, igual a mí


- Tu... te he visto antes - Dije

- Claro que sí... te acompañé en un adolescencia y cuando viviste aquel amor tortuoso. Soy Hilda... ¿me recuerdas? - dijo mientras se acercaba a mi y rozaba su mano contra mi mejilla - Y soy la tristeza y el odio, la depresión y la autodestrucción, soy lo peor de tí, sin filtros, sin piedad y sin compasión.


De inmediato, cuando me tocó sentí todo aquello que me había dicho y me largué a llorar. Me alejé de ella como pude, pero me parecía tan atractiva...


- Pensé que Christal era lo peor de mi... - Dije en un susurro, luego de reponerme unos minutos

- ¡Oh no querida! Christal es un dulce de melocotón en comparación a mi. Ella puede ser fría y cruel, pero dentro de todo respeta ciertas cosas. Ella solo daña para mantenerte bien a ti, yo en cambio... soy mas drástica. Por ejemplo Christal atacó a "aquel" para hacerlo reccionar ¿cierto?, aun cuando tu sufriste mucho y Alqua también. Pese a eso "Aquel" sigue a tu lado de alguna manera... yo en cambio - Sonrió - no hubiera tenido piedad. Hubiera destruido su existencia y lo hubiese reducido a un ser humano peor de lo que ya considero que es. Todavía no me explico porque no le has destruido...


- Porque le amo, siempre lo haré de una u otra manera - Contesté

- ¡¡Error!! todos a tu alrrededor formarán sus vidas y seguirán adelante con sus parejas y sus familias pseudoperfectas ¿y tu? ¿que tendrás? no te olvides porqué has venido aqui.


Se acercó a mi y sentí que me hechizaba, Mucha angustia llegó a mi corazón y me largué a llorar (otra vez)


- Mira este hermoso lugar... - Dijo


Era cierto... era un hermoso lugar, un hermoso prado con tulipanes y gerberas. Aves que volaban libres por el cielo y al fondo una pequeña casa bajo un montículo... era un Smial. Una casa de Hobbits


- ¡Oh por Dios! - Exclamé

- A no... Dios no tiene nada que ver con esto. Espero que te guste. Cuando me percaté que venías lo cree para tí. Planté afuera Simbelymbe

- "Siemprefiel"... la flor blanca de Rohan - Dije sorprendida - pero... ¿cómo es esto posible? eso solo es ciencia ficción, es irreal

- Igual que todo lo que está aquí - Me contestó Hilda - puedes quedarte el tiempo que quieras. No puedo dejar mi limbo solo...

- ¿Solo?

- Sí... ahora que has llegado me toca salir un poco, pero aún no, claro...


La miré con duda. No me gustaba la idea, desconozco el motivo...

La búsqueda

No sabían como se había desencadenado esto. De un momento a otro se encontraban intentando salvar a Ore de ella misma. Entraron a un gran edificio irreal plagado de archivos y estanterías, libros y papeles sueltos.


- Bien... llegamos a "la memoria", ahora tendremos que buscar...

- ¿Recuerdas Christal a "aquel" que...

- Si, pero dudo que sirva de algo

- Yo creo que podría ser algo que ayudara, siempre ha sido su "excepción" y...

- NO! ... - contestó la peliroja - sigamos buscando

Alqua quizo decir algo, más guardó silencio. Comenzaron a abrir los miles de libros que allí habían,buscaron en papeles suelos y estanterías que poseían diversos rótulos: "Materia del colegio", "Fotos", "Infancia", "Harry Potter", "Canela" (Esa estantería estaba en particular bien cuidada y tenía muchas cosas), "Recuerdos dolorosos" (Esta estaba cerrada con candado) continuaron indagando, "familia" (Este estante era pequeño y maltratado) "Desiluciones amorosas" (Este estante estaba lleno de libros que poseían páginas razgadas)


- Me parece que ella misma arrancó las hojas - Dijo Alqua

- Muy sensato


"Materia de la Universidad", "canciones", "El señor de los anillos", "partituras", "trabajo", "amores imposibles"...


- Hmm... - Ambos estratos de la mente se acercaron a observar un gran y solitario libro lleno de fotografías - ¿Ves Alqua? tú fomentas esto

- Deja de culparme a mi, esto es culpa de las tres


"conocimiento sobre pipas", "carretes", "amigos" (El estante era grande, mas no había mucha información. Habían papeles y fotografías rotas en el piso de quienes lo habían sido alguna vez)


- ¡Aquí!... estos nombres son los que más reconozco, deberíamos

- Si... deberías ir tú


Alqua se sorprendió ante el ofrecimiento


- Tu podrás hacer que ellos noten lo que pasa. Tienes que ir al centro de mando del cerebro y tomar el control

- No confío en tí ¿que harás por mientras?

- Volveré al abismo, con ella - dijo Christal

- De acuerdo...



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Abrí los ojos, mas no fui capaz de ver nada. No noté la diferencia. Io no era así hace unos años. Era un lugar hermoso donde me refugiaba con ayuda de mis libros. Me apoyé en el piso y sentí una fría arena bajo mis manos y pies. Me levanté por completo e intenté tantear algo alrrededor, pero nada encontré. Caminé como lo haría un ciego sin bastón, por largo rato, parecía ser un tunel, pero por supuesto no estaba segura. Escuché suavemente y muy a lo lejos unas voces que me parecían conocidas, pero las ignoré... no sentía ya nada...

La duda

Alqua gritó y Christal tomó aire levemente sorprendida, ambas corrieron al abismo, mas nada puediron percibir en la oscuridad...


- Ahora serviría tu dragón - Dijo Alqua

- Claro... si no lo hubieras matado

- Tenemos que sacarla de ahí... nadie de fuera lo notará

- Quizás deba hacerme cargo yo - Contestó Christal

- ¿Tú? cada vez que te haces cargo de su mente terminas dañando a quienes ella ama, te lo prohibo... además querrás quedarte al poder y no harás lo que debes

- ¿ y que tal tu? ¿que harás Alqua, además de llorar todo el día?... lo único que conseguirás es que se hunda cada vez más, tus emociones solo la confunden y estoy segura que esto es en parte tu culpa. Le has hablado por las noches, le has hecho ilusiones de amor que solo le han decepcionado, la dañas con tus sueños de amor, la dañas cada vez que la haces suspirar cuando ve una pareja de enamorados o escucha una canción que quisiera dedicar, tu solo la dañas!!!

- ¡¡Yo quiero verla feliz!! - Replicó Alqua molesta - quiero que se enamore y que sea feliz, que tenga quien la abrace o la bese en las noches de frio y...

- ¡¡¡ESA NO ES LA REALIDAD!!! ella no tiene quien la ame y punto, ni tu ni yo, ¡¡ESTAMOS SOLAS ENTIENDELO DE UNA VEZ!! deja de hacerla soñar, los sueños no sirven de nada, solo le hacen peor, a ella y a nosotras.


Christal la miró con odio y se cruzó de brazos frutrada. Alqua se mordió el labio y se quedó en silencio largo rato


-Tenemos que buscar a alguien que pueda ayudarla... alguien de afuera tiene que darse cuenta que vino a Io y que está aquí atrapada... sin salida - dijo en un susurro Alqua

- Se me ocurren un par de nombres, pero no se si funcionará...

- Algo debemos intentar...

El abismo

Christal tenía el ceño fruncido. Miraba de lejos a la chica de cabello castaño que estaba parada al borde de un imaginario acantilado, cercana a ella estaba Alqua con notoria cara de preocupación


- No doy más... estoy agotada - Dijo la chica que estaba descalza mirando al abismo

- Yo puedo ayudarte, tienes gente que te quiere, no tomes esta decisión - Dijo Alqua

- Mis amigos ya no pueden ayudarme, es algo mio...

- Esto es una reverenda estupidez, porque te dejas llevar por la rubia esta - Recriminó Christal

- Seguramente tu eres la mejor opción ¿no? - Contestó Alqua - te recuerdo que muchas de estas cosas no pasarían si no fuera porque tu apareciste

- Y yo te recuerdo mi querida Alqua que yo siempre he existido, simplemente me materialicé porque tu la destruias a ella y la hacías debil, me lo imploraste...

Se hizo el silencio durante unos segundos... luego la chica del abismo habló otra vez

- No puedo ver la luz, ya no puedo ver nada...me siento perdida y así jamás podré volver. No existe nadie en la vida real que pueda salvarme, lo que necesito... no... - Observó sus pies y movió suavemente los dedos - Llevo meses luchando con la oscuridad de mi corazón y mi mente - Cruzó sus pies y se dió media vuelta observando los rostros de ambas chicas, ambos rostros iguales, iguales a los de ella... iguales al mio. Hice el ademán de avanzar y alejarme del acantilado, más no pude. Cargué mi cuerpo hacia atrás y me dejé caer abriendo los brazos. Escuché el grito de Alqua antes de perder la conciencia en ese abismo de oscuridad y depresión...