- Debes volver a donde perteneces Christal
- Yo pertenezco aquí querida, siempre ha sido así
- Ore está bien, ya no te necesita, gracias por la ayuda... ahora vete
Christal la miró unos segundos y luego una torcida sonrisa apareció en su rostro
- Puedo dejarte dominar si quieres - Y diciendo esto desapareció
Aqua tomó el control de Ore nuevamente, lo que agradó a muchos de afuera, pero Christal aparecía cada cierto tiempo a estropear sus planes o sus sueños. Ore ya la había hecho parte de sí misma y era muy difícil que ahora la hiciera desaparecer, mas un día simplemente no volvió.
Así pasaron varios meses de tranquilidad, hasta que un día, en la inmensidad de la oscuridad Alqua se detuvo en seco. Frente a ella su símil, pero de cabellos rojizos la miraba con una sonrisa triunfal
- He vuelto… y traje refuerzos
De las sombras apareció un Dragón negro de ojos púrpura
- Apuesto a que habías olvidado que existía…
Alqua quizo horrorizarse pero no pudo… una idea vino a su mente
- Bienvenida Christal…
Christal sonrió con malicia, pero curiosamente Alqua tambien lo hizo.
- No eres la única que tiene refuerzos…
De la nada aparece una gran serpiente marina que siseaba suavemente
- Voy a luchar por lo que creo correcto y justo Christal… voy a luchar por que las cosas sean como siempre debieron ser te guste o no
El dragón rugió y en una extraña pose, se agazapo.
- Muy bien… que empieze el juego Alqua
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